Los inspectores de la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Valencia podrán imponer multas de entre 750 y 3.000 euros, sin depender de la Policía Local, a los ciudadanos que no recojan los excrementos de sus mascotas del suelo o que depositen basura en lugares no habilitados.
Así lo establece la nueva Ordenanza Municipal de Limpieza Urbana, que entró ayer en vigor en sustitución de la anterior, de 1988, y cuyo incumplimiento prevé sanciones de 750, 1.500 y 3.000 euros que podrán poner los inspectores directamente al ciudadano.
En concreto, la norma recoge todas las disposiciones legales así como sugerencias o quejas emitidas directamente por la ciudadanía, y según ha explicado el concejal de Medio Ambiente, Ramón Isidro Sanchis, "es la más dura del país desde el punto de vista de la concienciación ciudadana".
Según han indicado estas fuentes la principal novedad de la ordenanza reside en la "capacidad" que se da a los inspectores de sancionar acciones como tirar residuos al suelo, depositar basura en lugares no habilitados, no recoger los excrementos de los animales, entre otras.
Sanchis ha insistido en la necesidad de "continuar sensibilizando" a los ciudadanos sobre la importancia de cuidar el "entorno natural y el hábitat urbano" y ha advertido de que el Ayuntamiento será "muy duro" con su aplicación EFE
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