martes, 16 de octubre de 2007

Mascotas contra el olvido

Los peces calman, los pájaros entretienen y los perros animan a los 180 ancianos y enfermos de alzhéimer que viven con ellos en una residencia - Los canes «les devuelven las ganas de vivir y suavizan el carácter», aseguran los responsables


Esther S. Sieteiglesias / Madrid
Es increíble ver lo que los animales están dispuestos a hacer por los humanos cuando cada semana se recibe una noticia nueva sobre un caso de maltrato o abandono animal... Desde LA RAZÓN Solidaria se ha querido hacer un homenaje a todos los animales que ayudan a las personas enfermas. Es una muestra más de lo beneficiosas que son las mascotas y del respeto que se merecen.
Los animales no son sólo una excelente compañía, sino que también son muy buenos terapeutas. «A Paqui le cambió la vida, y la sonrisa, cuando llegó Uki a la residencia». Lo explica Santiago Garde, director de la residencia AMMA Mutilva, en Navarra -que pertenece a Amma Recursos Asistenciales compañía del Grupo Caja Navarra- y psicológo clínico, «Uki le devolvió la vida».
Animales para hacer «hogar»
En esta residencia de 180 personas de las que el 60 por ciento tiene alzhéimer, se introdujo a los animales, en un principio, para que se pareciera lo máximo posible a un hogar. «Empezamos poniendo peceras y pajareras, buscábamos las tres «haches»: hotel, hospital y hogar, las dos primeras ya las teníamos superadas y queríamos diferenciarnos en la tercera».
A los dos años de ver lo bien que funcionaban los peces como relajantes y las ninfas, un tipo de loro, decidieron implantar las terapias con perros. «Aunque cualquiera puede ayudar, decidimos que fueran los canes por sus cualidades en la estimulación cognitiva», comenta Garde.
El 5 de enero del año 2004, la víspera de Reyes, al repartir los regalos a los residentes, decidieron hacer entrega también del primer perro: un mestizo de pastor vasco. Después, la Fundación Affinity les donó unos Golden Retriever. Estos perros suelen ser los más comunes en todo tipo de terapias por su carácter dócil. Sin embargo, Garde asegura que «si se adiestra bien a un perro, no importa la raza, se pueden conseguir los resultados deseados».
El responsable de la residencia destaca de estos canes que son una excelente herramienta de trabajo, y añade que «son mediadores y no exlcuyen a otras terapias». De acuerdo con el director del centro gerontológico, las mascotas consiguen que los que se encuentran solos, aunque estén rodeados de personas comiencen a «socializarse, convivir, hablar con los demás, crear coincidencias y temas de conversación comunes. Surgen complicidades».
Aunque todavía no hay demostrables de lo que ayudan estos animales, Garde asegura que éstos «devuelven las ganas de vivir a los residentes que han perdido hasta las ganas hasta de comer». Los perros suavizan el carácter de los ancianos, activan la emocionalidad y la verbalización y al acariciarlos tranquilizan. «Realmente lo que provocan es paz. Por eso no entiendo que haya gente que los maltrate, está claro que son personas frustradas y desequilibradas».

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